que solo se han quemado 8 coches más que el año anterior.
https://qz.com/877789/french-car-bur...in-four-years/
https://sputniknews.com/europe/20170...s-fire-france/
http://www.thelocal.fr/20170102/fran...-new-years-eve
http://www.alertadigital.com/2017/01...e-hace-un-ano/
http://www.telegraph.co.uk/news/2017...ve-government/
Andrew Anglin.- No lo hacen por razones religiosas. Tampoco por terrorismo. Es sólo su forma de celebrar y de expresar su odio al país donde tratan de imponer la forma islámica de vida de la que supuestamente venían huyendo cuando llegaron a Europa. Celebran destruyendo cosas que pertenecen a la población de raza blanca. Las autoridades y los medios informativos lo saben, pero callan. Ocultan una y otra vez que se trata de un fenómeno racista protagonizado exclusivamente por islámicos. Lo hacen por odio racial. Lo hacen porque nos odian. Lo hacen porque el Gobierno francés mira hacia otro lado.
Centenares de vándalos de obediencia islámica incendiaron 945 coches estacionados en calles francesas durante la víspera del Año Nuevo, en lo que ya se ha convertido en una siniestra “tradición” anual, como lo es también que el Gobierno galo minimice el problema y oculte el origen de los autores.
Según el Ministerio del Interior francés, el total de vehículos quemados asciende a 650, señalando que el resto de los coches afectados lo fueron por el “efecto contagio” de las llamas. Aún tomando como ciertos estos datos, representarían un aumento del 17 por ciento en comparación con el año pasado. El Gobierno francés subraya triunfal que el incremento haya sido de “sólo ocho vehículos” más que hace un año (sic).
El Frente Nacional ha condenado los actos vandálicos y la complicidad del Gobierno con los criminales. Hasta el siempre políticamente correcto ‘Le Monde’ tuvo que enmendarle la plana al Ministerio del Interior por priorizar la guerra de cifras al grave problema de orden público que padece el país.
El ministro del Interior, Bruno Le Roux, se justifica afirmando que “no hemos querido ocultar nada”, añadiendo que “pese a la caída significativa del número de vehículos quemados en los últimos cinco años, siguen siendo incidentes intolerables, por lo que sus autores deben ser encontrados y puestos a disposición de los jueces”.
Durante la festividad del Año Nuevo, un bombero del departamento oriental de Ain resultó herido al intentar extinguir las llamas.
Bomberos y policías proporcionan un dato sin duda aterrador: cada año son quemados en Francia, de forma intencionada, entre 42.000 y 60.000 automóviles.
Resulta anacrónico que estas cosas ocurran ante la indolencia general de una población depositaria de la gloria de Austerlitz, heredera de la firmeza derramada en Jena, fedataria de la victoria en Marengo y compatriota de los héroes de Borodinó. ¿Tanto te han cambiado, desdichada Francia?
