El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.
Awọn irekọja nipa lẹhìn
air
O ni lati ya fere ọwọ
ki ipon, ti raye.
Andas. Fi ko si wa kakiri
ẹsẹ rẹ. Ogogorun ti awọn igi
si mu wọn ìmí lori rẹ
ori. A ko ni eye ko mọ
ti o ba wa nibẹ, o si ju rẹ súfèé
gun kọja awọn ala-ilẹ.
Awọn ayipada aiye awọ: bi awọn iwoyi
aye. Eco jina
o shiver, Líla
awọn kẹhin frontiers ni awọn Friday.
El dolor envejece más que el tiempo,
este dolor dolor que no se acaba,
y que te duele todo todo todo
sin dolerte en el cuerpo nada nada.
A tantos días de dolor se muere uno,
ni la vida se va,
ni el corazón se para,
es el dolor acumulado el que,
cuando no lo soportas,
él te aplasta.
Mi accidente será un buen epitafio:
Cuando una calle bajo el sol cruzaba,
de dolor - o de amor - es lo mismo,
murió desbaratada.
TODOS USTEDES PARECEN FELICES...El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
...y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen, incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada
milímetro de dicha.
Y parece -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo: esta
desesperante, estéril, larga,
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.