IDENTIFICACIÓN
Nos encontramos ante La muerte de Marat, pintado por Jacques-Louis David a finales del siglo XVIII, concretamente en el año 1793. Se encuentra en los Museos Reales de Bellas Artes de Bruselas, en Bélgica, los cuales destacan por su extensa colección de pintura flamenca. Como hemos comentado, su autor fue el pintor francés Jacques-Louis David, uno de los mejores representantes de la escuela francesa neoclásica y un icono de la Historia del Arte. Fue un autor que vivió en los convulsos acontecimientos de la Revolución Francesa y fue adaptando su arte a cada nueva etapa que se abría; comenzó con un estilo sobrio propio del Antiguo Régimen, luego se erigió como uno de los más activos representantes de la Revolución y finalmente acabó desarrollando un arte de corte imperial para Napoleón Bonaparte. Entre sus obras destacan la presente así como el Juramento de los Horacios (1784), La muerte de Sócrates (1787), El Juramento del Juego de la Pelota (1791) y Napoleón cruzando los Alpes (1801). Al final de su vida, exiliado en Bélgica, se dedicó a pintar obras relacionadas con la mitología grecolatina.
La muerte de Marat pertenece al estilo neoclásico propio de la Revolución Francesa. Esta corriente artística pretendía reflejar en las obras los postulados de la Ilustración y, en el caso de la Revolución Francesa, los valores de esta. Fue un cuadro muy admirado durante la época del Terror de Robespierre (1793-1794), posteriormente cayó en desgracia hasta que en 1886 fue rescatada por los Museos Reales de Bellas Artes de Bruselas. Sus dimensiones son de 165x128cms.
DESCRIPCIÓN DE LA OBRA
Estamos ante una pintura al óleo sobre lienzo que hace uso de colores cálidos y oscuros. La obra representa la muerte de Jean-Paul Marat en 1793, el cual dirigía un periódico de clara tendencia jacobina durante la época del Terror. Una de las figuras clave durante la Revolución Francesa.
En la obra únicamente aparece una figura, la de Jean-Paul Marat, el cual ocupa todo el protagonismo de la misma. La escena es sencilla a simple vista, aunque está cargada de símbolos. La figura de Marat aparece inerte y pálida, ocupando la mayor parte de la escena ante una parte superior vacía. El cuerpo de Marat se encuentra recostado y semi-sumergido en una bañera, su cabeza cae suavemente sobre su hombro derecho, su brazo derecho se desliza también suavemente hasta el suelo, rozando el margen inferior del cuadro, en su mano aún conserva una pluma para escribir. Su torso desnudo destaca por la incisión que tiene bajo su clavícula derecha, por la cual sale un hilo de sangre. En su mano izquierda porta unas notas escritas poco antes de morir y bajo este mismo brazo se encuentran otra serie de documentos. En la cabeza lleva una especie de toalla a modo de turbante y está recostado un espaldar cubierto por una tela, la cual se encuentra ensangrentada. Encima de la bañera, sobre sus piernas, se encuentra una tabla cubierta por un mantel que hace las veces de escritorio improvisado en el que Marat escribía durante sus baños. Justo a su lado, a la derecha de la bañera, se encuentra un cajón desgastado de madera sobre el que reposan un tintero, una pluma y unas notas. En el cajón se encuentra grabado “A MARAT / DAVID”, que hace las veces de dedicatoria. En el suelo, a la altura de su mano derecha, yace un puñal ensangrentado, arma con la que presumiblemente se ha acabado con la vida de Marat.
Centrándonos ahora en los símbolos y mensajes del cuadro, observamos que en la nota que porta Marat se encuentra el nombre de Charlotte Corday, la asesina de Marat, que pertenecía a la facción de los girondinos, rival de los montañeses y jacobinos, con los cuales simpatizaba Marat. Charlotte Corday moriría cuatro días después en la horca acusada del asesinato de Marat. Por otra parte, observamos como Jacques-Louis David ha idealizado una escena tan macabra como es un asesinato de la siguiente manera:
El uso de la sangre, recordando que estamos ante un apuñalamiento, es ínfimo y únicamente la observamos, muy comedidamente, en la herida de Marat, el paño y el puñal del suelo, el cual está además apartado de la escena.
El rostro de Marat se torna dulce, como dormido y su palidez se contrarresta con una luz cálida. Además, su figura descansa suavemente como si de una muerte dulce se hubiese tratado. Al observar el cuadro no parece que estemos ante una escena violenta.
La nota que porta Marat en su mano izquierda se deduce como una carta a Charlotte Corday en la que sus deudas y sus enemistades quedaban resueltas. Así, el autor de la obra, quiso dotar a Marat de bondad para idealizar aún más su figura. El objetivo fundamental de la obra es elevar al protagonista a la condición de mártir.
Marat sufría una enfermedad en la piel que no se muestra en la obra con el fin de idealizar la figura.
El cajón de madera tiene un doble significado en la obra. Por un lado es la muestra evidente de que el cuadro es un homenaje por parte de Jacques-Louis David hacia su amigo Marat. Y por otro lado podría hacer las veces de lápida ya que tiene el nombre de Marat. Además, encima de este maltrecho cajón -lo cual quería simbolizar también el espíritu humilde del protagonista- se encontraba una nota con una asignación económica dirigida a una ciudadana cuyo marido estaba combatiendo en el frente, símbolo que intenta reflejar de nuevo la bondad de Marat.
COMENTARIO Y ANÁLISIS FORMAL
En La muerte de Marat llama la atención el conjunto de la obra en total, con una parte inferior con símbolos y detalles frente a una superior completamente vacía. El estilo nos recuerda a Caravaggio, tanto en la utilización del color como en la composición de la misma.
Respecto a las formas, las encontramos estilizadas y suaves, las cuales contrastan con el bloque de madera que se sitúa en el margen inferior izquierdo de la obra y la tabla sobre la bañera usada a modo de escritorio. El uso de la sombra parece heredado de Caravaggio y tiene un sentido fundamental en este obra, cuya escena se representa con suma teatralidad. La sombra sobre el pecho de Marat o sobre el suelo pretenden ocultar la violencia que el cuadro representa puesto que camufla deliberadamente la herida y el puñal.
El uso del color está lleno de contrastes, hace una combinación efectiva de colores fríos y cálidos, encontrando en la obra tonos grises, pardos y verdes. Además, la mayor parte del cuadro se encuentra vacía, con un gran fondo oscuro que parece hacer las veces de escenario. Existe además un claro contraste entre luces y sombras, pero la habitación en la que se encuentra la escena no nos da muchas pistas sobre si la luz que aparece es natural o no. El autor quiso dotar a la escena de la sobriedad que merece la muerte e intentó no recargar en exceso la obra.
CONTEXTUALIZACIÓN EN LA HISTORIA Y EN LA HISTORIA DEL ARTE
Como ya hemos comentado, la obra representa la muerte de Jean-Paul Marat, una de las figuras claves durante la Revolución Francesa, de tendencia jacobina, que dirigía el periódico llamado “El amigo del pueblo”. Marat era amigo de Jacques-Louis David, el autor de la obra, el cual también simpatizaba con los jacobinos. Además, Marat era un fiel partidario de Robespierre, aunque nunca se quiso ligar íntimamente con los jacobinos o con él. Su asesina, Charlotte Corday, de la facción girondina, la cual era además más moderada que la jacobina, viajó a París con el único objetivo de asesinar a Marat, al cual consideraba una bestia y uno de los responsables de la situación de Francia. A pesar de que posteriormente Robespierre también acabase guillotinado, el asesinato de Marat lo elevó a la categoría de mártir de la Revolución y prácticamente un héroe nacional, gracias en parte a la magnífica obra de su amigo Jacques-Louis David, considerada la “Piedad de la Revolución”, concluida con celeridad cuatro meses después del asesinato de Marat.
La muerte de Marat es considerada la mejor obra de Jacques-Louis David y, probablemente, la más famosa del autor. La escena de la muerte, tratada con dulzura, no deja indiferente a nadie e impacta precisamente por la suavidad con la que está tratada. David es el principal exponente del neoclasicismo pictórico y esta obra es, posiblemente, su obra cumbre. Gran parte del neoclásico se caracteriza por recoger los postulados de la Ilustración en su simbología, sin embargo, con La muerte de Marat nos encontramos ante una variante del neoclásico más orientada hacia la Revolución Francesa, convirtiéndose en un arte prácticamente propagandístico, que intentaba ensalzar los valores de la Revolución así como dignificar, como es el caso, a determinados personajes.