Mi pequeño rincón de solaz en la Meseta de Castilla, cuando uno está hastiado de tanto campo abierto y secarrales.
No hay nada como un buen bosque de robles, fresnos, arces o ezcarros como los llaman por aquí, álamos, avellanos etc.
Si queréis saber el estado de conservación de un bosque fijaros en la cantidad de madera muerta en el suelo. Cuanta más madera más viejo y en mejor estado está el bosque, ya que significa que han pasado varias generaciones de árboles sin intervención humana, y por ende más vírgen es el bosque.
Quercus robur, el roble común, el rey de los bosques europeos. Si en vuestra zona no hay roble común no sois ni blancos ni europeos, es un hecho empírico
Roble maduro cubierto de madreselvas hasta la copa. Aunque la madreselva no es parasitaria, solo se sirve del árbol como soporte, el enorme peso y la presión que ejerce sobre él sí que constriñe el paso de sabia y lo puede debilitar bastante. El roble como titán aguanta.
Los árboles como nosotros sufren de cánceres y tumores. Este en concreto es muy común, las células de la corteza se confunden y empiezan a provocar brotes epicórmicos por doquier. Estos cánceres no son letales ni mucho menos, al ser organismos mucho menos complejos pueden tolerar cambios muy importantes en su organismo sin morirse.