hay dos tipos de ladrones. Uno es eficaz al usar simplemente una pantalla. El otro es épico al usar un arma. El primero esconde su inmoralidad en la ausencia de sangre y en provocar muertes biográficas en el proceso de exprimir a los demás. El otro manifiesta una supuesta inmoralidad en usar la fuerza y la amenaza sobre la biología ajena con tal de elevar su biografía ( o hundirla). Pero hay un aspecto a favor del segundo. El que tiene cojones de liarse a tiro limpio con unos guardias de seguridad de un furgón demuestra valor. Y eso es del aprecio de ciertos dioses de ciertas religiones. Todavía no hay divinidad que haya expresado su contento con los ladrones del primer tipo.