y el progreso lleva al retorno

las épicas de guerra hacen obras musicales profundas. Pero no menos profunda es la onírica que nace en las épocas de progreso. Es el límite biológico, deceso individual-caída de imperios, el que provoca un doloroso retorno.

Pero es posible enunciar una filosofía de la libertad, el hedonismo, la irresponsabilidad, el simple placer de existir y de las escenas bonitas de los cuadros del Bosco. Construir un jardín de las delicias que perdure no es factible. Pero analizarlo concienzudamente sí. El artificio es su condición. Pero la tecnología suele ser inmanente porque busca ante todo el negocio ( comunicación) frente a lo verdadero valioso. La única tecnología verdaderamente transcendente es la que permite modificar la materia. Pero tiene el precio elevado del desacuerdo. El filósofo es el historiador emocional de todo ésto.