ayer contemplé a una entreverá ( medio gitana-medio paya) rubia, ojos verdes, bien formada, pequeña y fuerte y rabiosa ( de las que se encabronan bien) haciendo ostentación de sus ovarios dando al tiempo palmadas con las manos, sonoras palmadas, argumentando: " a mi si me tocan los ovarios arde Troya". Asocié aquellas sonoras palmadas a alguna suerte de castigo sobre mi tren bajo y me mojé muy bien
por la noche, magnífico pajote
si una pastilla me conviertiera en alfa ortodoxo y tradicional dejando de ser betazo sumiso adicto a que las mujeres me dominen, la escupiría de inmediato de la boca poniendo cara de asco
cambio de rol, el que lo prueba ya no quiere otra cosa
y si naciera mujer, querría ser bollo y sometida