Pues lo cierto es que me haría ilusión, ya tengo pensado un hueco donde podría ponerlo, en la librería de la sala de armas, entre unos incunables que tengo, una Biblia de Guttemberg y un ejemplar del Lazarillo de Tormes autografiado y dedicado.
O si no cupiera ahí, en el revistero del cuarto de baño, a veces echo unos truños de escándalo y un poco de lectura amenazaría la cagada.
Claro que no se me ocurre manera de hacerme con el codiciado ejemplar sin revelar datos personales, y mi anonimato es prioritario. Aprendí la lección hace por lo menos 15 años de no mezclar perfiles troll con mi verdadera identidad, y más en mi caso, que no me he ganado pocos enemigos mortales con esta y otras identidades, por no hablar de mis opiniones políticamente incorrectas que en el clima actual de mojigatería y policía política podrían ser hasta constitutivas de delito.
En fin, que si se me ocurre una manera de hacerme con el incunable preservando mi anonimato, sin montar una operación al estilo James Bond, que ya no tengo edad para eso, te digo algo. Pero de momento me voy a dormir.