Te copio un mensaje que escribí en otro hilo de bullying respondiendo a un tío que lo superó sin rencor. Es un tochazo, no os culpo si no lo leéis:
A mi lo Hakuna Matata no me vale. Me jodieron mi juventud. ¿Sabes qué fue peor que las palizas? La marginación. Cada día en el recreo se me hundía el mundo, deambulaba por el patio solo sin saber dónde ir, dónde sentarme sin sentirme señalado, sin saber dónde esconderme.
Al principio cuando llegué nuevo al instituto sin conocer a nadie caí en desgracia a unos matones. Con el paso de las semanas intentaba entablar amistad con otros niños, pero mis abusadores venían y me humillaban delante de ese chico. Bien a base de collejas o bien diciendo al otro chico "¿Tú qué haces hablando con el marginado?". Así que lo que terminé haciendo para no buscar problemas a nadie fue aislarme totalmente, no esforzarme en volver a hacer ningún amigo. Me sabía que era un marginado, pero escuchar de mis abusadores "eres un marginado" era para mi peor dolor que la peor de las palizas que me dieron. Y en especial cuando lo hacían delante de las chicas, cosa que me hacía sentir tan humillado, tan inferior que directamente evité cualquier intento de relación con una chica porque con solo imaginar que si hubiera alguna relación con una chica y delante de ella me hubieran abusado y ella sintiera vergüenza de mi es que me cagaba de miedo, ese el máximo nivel de humillación que había imaginado. Por eso descarté cualquier mirada o conversación con ellas.
También era duro ver como algunos niños de varios cursos menos que yo viendo que era un paria también se reían de mi en el patio, y no podía darles una hostia porque el resultado se que no hubiera sido bueno.
Yo antes de ir a ese instituto era un niño feliz con amigos, con ganas de vivir. Pero fue mudarme de ciudad y entrar en ese nuevo instituto y me robaron la vida. Cuando salí de ese instituto donde por razones obvias repetí varios cursos (pero no me libraba porque los abusones también repetían).
Tras 5 años me cambié a otro insti donde nadie me conocía, tenía muchísimo miedo de volver a ser abusado, temía volver a ser marginado, pero no. En ese instituto volví a encontrar la felicidad, en apenas una semana hice buenos amigos, quedábamos para jugar al fútbol, iba a fiestas... Antes de cambiarme de instituto en mi adolescencia apenas salí un par de veces a una disco porque unos primos mios por pena (supongo que por presiones de mis tíos) me sacaron de fiesta y fui cohibidísimo e incómodo. En cambio cuando llevaba un mes en el nuevo instituto tenía planes hasta para elegir si me iba con unos de botellón, con otros a la disco o a una fiesta en casa de otro.
Pasé de ser el marginado del curso durante 5 años a ser un chico sociable y casi normal. Porque tenía una carencia de habilidades sociales del copón, me quedé un poco como Sheldon de autista que no captaba las ironías, todo lo que me decían me lo tomaba al pie de la letra, no era capaz de mirar a los ojos al hablar con alguien y si hacía un intento de mirar a los ojos lo hacía algo tan artificial que hasta daba miedo (parecía la mirada de José Bretón), por cosas así fui "el loco" del grupo por varios años, hasta que por fin volví a familiarizarme con interactuar con mis semejantes sin hacer o decir cosas raras de vez en cuando. Lo de no saber mirar a los ojos al hablar era por el estado de pánico y de sumisión al que estuve metido durante esos años, algo penoso como:
Afortunadamente con el tiempo aprendí a actuar sin miedo a que se burlaran de mi, sin tomarme cualquier broma inocente como un terrible ataque personal.
Te puedo decir para que veas las carencias sociales que tuve durante mis 5 años de infierno que a veces me tiraba semanas en las que lo mas parecido a una conversación que tenía era decir hola y adios cada vez que cruzaba la puerta de la casa, ya que tampoco es que en casa hubiera una relación sana con mis padres. Durante este tiempo el hito más importante del año era cuando tenía una tutoría, porque poder hablar con un ser humano durante más de 5 minutos era mi momento social cumbre del año. Y esto parece de coña, pero es una puto mazazo psicológico cuando echas cuentas de con cuánta gente has estado hablando en el último año, y realmente te das cuentas de que la única conversación que has tenido ha sido en la tutoría con el profesor. Que todas las interactuaciones del último año han sido hola y adiós al cruzarte con un vecino, o no más de 3 frases seguidas con algún familiar.
¿Mis 5 años de vida quién me los devuelve? Yo tenía que haber sido un chico normal, lo fui antes de vivir ese infierno y lo fui después. Esos 5 años de destrozo psicológico, de sumisión, pánico a los recreos... Lo único que no hicieron conmigo fueron abusos sexuales y meterme la cabeza en el retrete. Y no me metieron la cabeza en el retrete porque nunca me acercaba a la zona de los baños sin tomar mis precauciones porque sabía que si me cazaban dentro me lo harían, así que para ir a mear cada día tenía que montar casi un plan de operaciones especiales.
No puedes decir que pase página a esto, "pelillos a la mar", "eran unos críos", "ha pasado mucho tiempo", "ya estás bien"... ¡No! Yo las pasé putísimas, hay gente que lo ha pasado aún peor que yo, incluso hay quienes se han suicidado. Yo no olvido.
Sólo hay una cosa que me hubiera consolado, que me hubieran pedido un perdón sincero, que me pidieran que les dijera de mi voz lo que he vivido. Sin arrepentimiento sincero no me vale nada, y aún así hay uno de esos abusadores que ni aunque me lo pida sinceramente de rodillas le perdonaría. Sólo me apaciguaría matarle.
Porque durante todos esos años de instituto los abusadores acosaban a más gente que yo, pero terminaban cansándose, cambiando de objetivos... Ese abusón al que necesito matar se obcecó conmigo durante 5 años, se lo tomó como algo personal hacerme la vida imposible y para ello nunca escatimó energía para azuzar a sus amigos cuando veía que algunos se cansaban de mi él nunca se cansó de meterme caña y de hacer partícipes a sus amigos.
Necesito escuchar un perdón sincero. Mira que han pasado años, pero ninguno de mis abusones se ha molestado en ponerse en contacto conmigo aunque sea por el Facebook diciendo "oye mira, fui un gilipollas, perdóname".
No se lo que habrás vivido tú. No sé si crees en el karma, o piensas que serás más feliz perdonando. Comprende que a muchos como yo el vivir el terror, el desamparo y la impunidad durante tanto tiempo necesitamos una compensación. Si la justicia no lo hizo en su momento ni mucho menos lo hará ahora, ¿qué nos queda?
Créeme que cuando te digo que el rencor me mantiene una llama vida en el alma. Mis 5 años De tortura se me revolvían las tripas cada esquina del instituto que cruzaba temiendo encontrarme de frente con alguno de los abusones. Ahora es al revés, ahora lo fantaseo. Para mí sería un subidón cruzarme con alguno ahora. Ahora tengo huevos y un estado de forma muy bueno, estoy convencido que si me cruzara con casi cualquiera de mis abusones y tuviera una pelea con él no tendría dificultades para reventarlos a hostias, iría a saco a por todas. Y aunque se diera el caso de que alguno de ellos pudiera conmigo en una pelea me da igual perder porque lo que necesito que ellos se lleven al menos unos golpes míos y por unos pocos golpes más que a mí me metieran en mi vida no me da miedo recibirlos.
No se si los abusones son conscientes de sus "bromitas", que lo que para ellos lo que es dar 2 empujones al día o soltar 1 colleja a la semana tal vez no les parezca grave. Pero 10 abusones suman muchos empujones, muchos insultos y muchas collejas lo que recibe al día una víctima. Y mientras un abusón por las tardes va a dar una vuelta con sus amigos o a escuchar música a su cuarto olvidándose por completo de que ese día le ha humillado a una víctima, la víctima está sola en su habitación repasando lo que ha hecho ese día para que sus abusadores le dieran más fuerte que de costumbre "¿les habré mirado mal?¿no iba con la cabeza lo suficientemente agachada?¿habré echo algún movimiento que les ha molestado?¿deberé de esconderme mañana en el recreo por si se han quedado con las ganas hoy de pegarme más fuerte?".
Y esto es prácticamente lo único que ocupaba mi cabeza cada día durante 5 años. No poder concentrarme pensando por qué me han pegado y fantaseando con mañana cómo me pegarán. El daño psicológico es terrible, me hubiera gustado tener por aquella época el valor para suicidarme, si no lo hice fue por mi incapacidad de tener cualquier iniciativa por mi estado de sumisión.