Iniciado por
PPerico
Yo tengo una historia que contaros.. La verdad es que cada vez que me acuerdo de aquello se me ponen los pelos de punta.. Estaba en verano, principios de los 90, en mi antigua casa situada en el barrio viejo de la ciudad; era una antigua casa nobiliaria trufada de lámparas decimonónicas por doquier, largos y oscuros pasillos iluminados por tétricas y tenues luces anaranjadas que asemejábanse a antorchas de un castillo. La casa era de dos plantas, incluyendo una buhardilla de madera vieja y carcomida, y repleta de trastos viejos de finales del siglo XIX, tales como candelabros, planchas, badilas, muebles viejos, ropajes de dichos tiempos..
El caso es que acababa de morir mi bisabuela de 96 años de un ictus cerebral; primero se le paralizó medio cuerpo, luego las convulsiones y delirios y tras ello vino el fallecimiento. Mi familia había ido al pueblo a velar su cadáver y yo, con gran fastidio, hube de quedarme en la casa porque decían mis padres que aquel asunto no me concernía, que aquello en definitiva no era asunto para un zagal de mi edad.
Bordeando las 2 de la mañana, mientras me preparaba una manzanilla en la cocina vieja de la casa, teniendo no más luz que la que entraba de las farolas de la calle y como música el criar de los grillos, atravesé la cocina como un espectro en medio de las penunbras de la noche, que dibujaban siniestras sombras por derredor y, al llegar al oscuro, angosto y largo pasillo, entre las sombras del fondo del mismo, allí estaba.
La silueta de una mujer. Juro que lo era. Debía de serlo. Una mujer mayor, anciana, encorvada, con un vestido que le arrastraba por el suelo. No le adivinaba el rostro debido a la oscuridad. Mi cuerpo quedó paralizado. Notaba como se me helaban los dedos, el corazón se me paró por un momento, e inmediatamente corrió desbocado, a mil por hora; la vista se me cegó; noté un ardor insoportable en mi cabeza; no supe si gritar, llorar, arrancarme los ojos, correr como un loco hacia aquella figura.. El caso es que, pese a que mi cerebro me decía que actuara, mi cuerpo era incapaz, se resistía.
Aquella figura habló: ''Vámonos a acostar querido. Estás muy cansado''. Era inequívocamente la voz de mi recientemente fallecida bisabuela de 96 años. De repente, acerté a ver su rostro. Su rostro desfigurado, terriblemente torcido producto del ictus, sus ojos negros, hundidos, cadavéricos, rostro tremendamente ojeroso...
Salí corriendo en dirección contraria, hacia la habitación de mis padres, una habitación con un gran crucifijo sobre el cabecero de la cama.. Me metí en la cama, con el corazón a mil, un dolor de cabeza insoportable, notando cómo el cerebro bombeaba la sangre como si de un globo se tratara. Me eché la manta encima, a pesar de hacer más de 30 grados aquella noche, jurando orinarme encima si era preciso, sintiéndome al borde del desmayo, con el cuerpo temblando como jamás lo había hecho...
Afortunadamente, tardé poco en dormirme. Probablemente perdí la conciencia. Esto se lo comenté a mis padres al cabo de 5 ó 6 días, pero dijeron que probablemente era porque la muerte de mi bisabuela me afectó mucho. Sin embargo, no era cierto. Nunca me afectó. YO VI AQUELLO. VI A MI BISABUELA EN MI CASA JUSTO DESPUÉS DE MORIR, EN UN LUGAR A 40 KM DE DONDE ESTABA SUPUESTAMENTE SU CADAVER!!