Hoy aburrida subí al desván y entre las cosas de la escuela encontré mi vieja flauta aún conservada con algo de polvo pero nada que con ayuda de un trapito humedo no pudiera solucionar. Fué entonces cuando entre las cajas encontré una carta de cuando me había enamorado por primera vez.
En mi defensa diré que no perdí la virginidad hasta los 13, cosa que por aquel entonces era un logro ya que si te pillaban en un guateque de pueblo el cani mas maloliente, como minimo salías embarazada de trillizos. Dejando de lado ese tema, me dispuse a leer la sarta de sandeces que podían salir de mi cabeza plasmadas logicamente en papel. Si bien algunas cosas eran un sinsentido, algunas otras eran autenticas declaraciones de amor que salían de lo mas profundo de mi corazón. En el último de los parrados le digo a Pablito (mi amor por entonces) que me había depilado con amor el "conejito".
Aquello me hizo ponerme tan cariñosa que mi cabeza creo un nexo directo con la flauta y me puse a tocar la melodía de Titanic; Si, la que suena cuando se va a pique el barco. Era un torbellino de emociones y mientras tocaba la flauta de reojo leía la carta y empezando a desafinar empece a acariciarme lentamente.
Ya me importaba una mierda terminar de tocar esa puta canción. Solo me acordaba de Pablito, sus cadenas de oro y su bici con una lata de coca-cola entre la rueda y el cuadro que hacía sonar como si tuviera una 600 to maki y aquello me ponía como una olla a presion. En el momento de super calentón necesita algo con forma de falo para emular que pablo -Si, mi primer amor- me penetraba con amor. Ni dudé en echar mano de la flauta y culmine en unos de los mejores momentos de mi vida recobrando el sentido de todo lo que había vivido hasta entonces haciendome alcanzar uno de los orgasmos mas extraños de mi vida.
besos guapis.
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Enetea eres una cursi frígida petarda askerosa.