Iniciado por
cypo
desde que voy mal vestido y aseado por la pobreza, me piden más el dni los maderos ( ¿ dije dni?, perdón, quise decir doi - documento obligatorio de identidad en vez de documento NACIONAL, otro ejemplo de absurdez colectiva pretendiendo no ser lo que son: colectivo de mamarrachos-). El aspecto lo es todo. Pero no veo que se lo pidan al negro. El negro sale de entre los arbustos con una morena hispana ( sudamericana es hispana por adopción, español es latino por rancio abolengo - aunque ahora latino es el negro y el español es un pringao- otro ejemplo más de absurdez colectiva). Al madero lo podríamos calificar de aporofóbico. Pero ese sector no cuenta. En cambio el étnico sí.
Hace poco una mujer me decía que la izquierda era mejor que la derecha por las pagas como el ingreso mínimo vital. Pero se quejaba amargada por los moros colándose y no respetando turno. Yo le dije que la misma izquierda que da paguitas para callar a la gente es la que deja que el país se vea invadido. Y que la ausencia del respeto a una cola y un turno es intrínseca a la naturaleza anárquica de éstas gentes. Ella me decía " ¿ qué tiene que ver?". En teoría, poniéndonos racionales en la corta distancia, nada. Pero en la práctica todo. Porque cada tipología humana es cada tipología y tiene sus cosas.
Así pues. Dejamos que el extranjero campe a sus anchas. Puteamos al español. Y encima racionalizamos y afirmamos que nuestro descontento no tiene base alguna. Absurdo.
A la gente se la educó, se nos educó, para valorar el contenido respecto de la forma. Pero la sociedad no es racional ni científica. Se valora la forma y no el contenido. Desde el momento en el que la apariencia lo es todo, el esquema racional cae. Es decir: la sociedad se construye sobre postulados que son mentira porque luego, realmente y en la práctica, no funcionan ni se dan. El cinismo puede ser causa de pobreza como afirma Kiyosaki. Pero es también causa de inteligencia. Y lo que no nos enseñan a tener es esa capacidad hipócrita de aparentar lo que se espera y llevar luego por dentro toda la maldad del mundo.