https://gaceta.es/europa/el-gobierno...20240910-0100/
Un total de 2.000 delincuentes han sido liberados este martes de varias cárceles en el
Reino Unido —entre los que se encuentran
agresores sexuales— pese a que el Gobierno laborista de Keir Starmer garantizó que sólo saldrÃ*an presos con delitos leves. Además, han anunciado que
en los próximos dÃ*as saldrán otros 1.700 y han achacado esta medida al «colapso» provocado por la anterior administración.
Cabe destacar que quienes se verán beneficiados por esta liberación masiva ni si quiera han cumplido la mitad de sus penas, mientras que
los patriotas que se manifestaron (fÃ*sicamente y a través de las redes sociales) el mes pasado por el asesinato de tres niñas están sufriendo una persecución sin precedentes.
La delegada sobre abuso doméstico del gobierno británico, Nicole Jacobs, ha sido muy crÃ*tica con esta reforma, incidiendo en que la gran mayorÃ*a de los beneficiados serán abusadores domésticos y sus vÃ*ctimas «pasarán noches de insomnio». » Aproximadamente, un tercio de las vÃ*ctimas de abuso doméstico cuyos abusadores están siendo liberados probablemente no lo sepan o no reciban apoyo».
De hecho, entre los liberados en la jornada de hoy martes ya se conocen algunos ejemplos.
Uno de ellos fue detenido por romperle la mandÃ*bula a su novia mientras que otro entró por atacar con violencia a su pareja mientras le decÃ*a que lo estaba disfrutando.
En estos momentos, el sistema de justicia británico está totalmente colapsado. Tom Wheatley, presidente de la Asociación de Gobernadores de Prisiones, ha advertido de que que, con la entrada de nuevos reclusos provenientes de los disturbios tras el apuñalamiento en Southport, las cárceles podrÃ*an volver a llenarse en menos de un año. Esta situación refleja uno de los tantos problemas que aquejan al sistema penitenciario del paÃ*s.
Por otro lado, los esfuerzos para desarticular las organizaciones criminales responsables de los cruces ilegales a través del
Canal de la Mancha también parecen estar condenados al fracaso. La Agencia Nacional contra el Crimen, que lidera la
estrategia de inmigración ilegal impulsada por Keir Starmer, se encuentra en una situación precaria, sin los recursos suficientes para hacer frente a la magnitud del problema.