Literatura de Ricos

Unos cuantos ricos han escrito sobre la riqueza desde tiempo inmemorial. Pero últimamente se ha puesto de moda entre ellos. Robert Kiyosaki, Robert Lichello, Benjamin Graham, Warren Buffet, Ram Bhavnani... Pero de todos ellos, a mí el que me parece más friki es Jack Ma.



Eso es la versión financiera de Bruce Lee

A los niñatos peritreintaañeros que sueñan con el poder y la intensidad de la vida les suele ir todo éste rollo literario del hacer pasta gansa. Además, incluso se ha desarrollado un concepto en la psicología ficcional al que llaman " inteligencia financiera". Y digo ficcional, no porque el dinero sea más o menos fácil o difícil. Sino porque el elenco de posibles inteligencias es tan enorme como queramos. Lo cual, claro está, parece contradecir mi apología de la conceptuación.

En tiempos topé con una prosti aniñada que se lo montaba muy bien. Cuando parecía que tenía la intención de lamerte tu pezón, se subía por encima tuyo arrastrándote las tetas como la que no quiere la cosa, diciendo " oops" y lamiendo finalmente el pezón, tu pezón, más alejado. Te ponía palote...

Existe por tanto una inteligencia sexual. Pero como todas, no es más que una aplicación. Y hete aquí mi reflexión sobre la inteligencia financiera. Si tengo buenas ideas comerciales pero vivo en un sociedad con fuerte tendencia a la arbitrariedad y el sistema me expropia o los impagos no se cobran porque estoy desprotegido ( pongamos por caso: inquilinos con vocación de morosos y okupas como el de Trece Rue del Percebe)... entonces... ¿ a dónde se va la idea?. Xacto, tendente al carajo.



Dos son las necesidades espirituales de los seres humanos:

1º la intensidad
2º la definición

Como ya no tenemos religión que logre intensidad, necesitamos definir el escenario general ( la vida) con un filtro " más resultón". ¿ Y qué puede haber más tangible que la riqueza?.

Pero el problema de base se mantiene y sigue siendo el mismo:

el cOn fliCto

Que no es otra cosa que la interacción entre múltiples maneras de contemplar la búsqueda de la intensidad y de la definición. Todo lo más, podemos aspirar a ponernos de acuerdo con nosotros mismos. No hay por tanto ni un bien confiable ( metal, moneda, internet) ni una intensidad asegurada ( depende de las redes neuronales de cada cual, algunas sólo dan para " didnt read lol") ni tan siquiera una definición del escenario que pueda resultar satisfactoria. Aunque depende de " para qué".

Pienso que una buena manera de filtrar la realidad a nuestro entendimiento radica ante todo en dar primacía al entendimiento en sí mismo. Ser un cognoscedor. Y no tanto valor a sus resultados materiales.

La verdad os mantendrá en quiebra ( igual que las putas).