A las 9 o así de la mañana hay una niebla cojonuda bastante densa que me hace pensar que estoy en un pueblo industrial del oeste de los Estados Hundidos de Márica como lo que se ve en El Cazador, con árboles otoñales y los campos verdes por las lluvias.

Es niebla castellana, uniforme y más seca, no como esa niebla londinense que parece que sale de los ríos y se mete dentro de la ropa para joder y dar frío.