En este caso no estoy de acuerdo contigo. Los españoles somos complicaditos, hombres y mujeres. Observándolo en la gente de mi familia, incluso con la moral del siglo XX que se imponía a la mujer, puedo percibir un orgullo exacerbado. Una de las cosas que a muchos, y me incluyo, nos repelen de las latinas, es que son unas "tiradas", muy facilonas en comparación con las españolas, ya que en el fondo creo que buscamos a nuestros semejantes. De asiáticas no tengo ni zorra, me atraen cero, mientras que con chicas del Este sí he estado y me parece que son un tanto taimadas y camaleónicas; saben que los hombres buscan normalmente mujeres sumisas y fingen serlo. Como aquella tonadilla : "la española cuando besa, es que besa de verdad".
¿Dónde está el problema? Que a ese orgullo y desdén tan castizo y propio de las españolas, y que a mí en el fondo me gusta, ya que no me divierte ni agrada que la plaza fuerte se rinda fácilmente, se ha añadido una moral libertina, RRSS, un endiosamiento que las hace tener unos delirios absurdos. Es la receta para la tormenta perfecta.
No sé si soy un descarte de las españolas, pero sí que es cierto que en unos pocos lances descarto rápidamente a la mayoría al detectarles taras que para mí son incompatibles con mantener una relación. Encontrar a una buena española en estos tiempos es como dar con un unicornio, pero como dice @
DAMAK, si das con una buena españolaza, que se quiten las extranjeras, aunque no tengo nada contra las chicas caucásicas de otras nacionalidades en lo que a atracción física se refiere al menos.