Mesianismo

La actitud intelectual nace de un reconocimiento de haber sido expulsado del paraíso. El paraíso no desaparece sino que deja de actualizarse para ser de nuevo replegado y potencial. Cuando comienzas a plantearte ( aprox 30 años) la necesidad de recuperarlo - o quizás el ansia por perpetuarlo- comienzas a pensar de veras. Porque no se trata sólamente de sublimar energías. Sino además de orientar expectativas.

La idea de una Tierra Prometida es el complemento de la expulsión de " Paraíso". Es el reconocimiento de la necesidad de una platoniformización de la realidad. De un enfoque descendente desde los universos del pensamiento hasta/ hacia la realidad física. Transformando a ésta. El buen hacendado no es solo el dueño de unas tierras. Es también el poseedor de un paisaje mental y de unas ansias por que la materia luzca en el modo deseado.

Los grandes mesías eran colgados desubicados que no terminaban de encajar en lugar concreto. Hasta que descubrieron que su lugar podría ser el mundo entero mismo. A cada uno de nosotros nos toca, personalmente, la tarea de decidir dios, religión y mesías. Pero éstos últimos suelen ser aquellos que, sin lograr tener una fé* sólida al estilo de sus padres, no renunciaron nunca en cambio a la idea de un paraíso. Idea tras la que acaba afirmándose y perfilándose un Dios. Porque se atraen más moscas con miel que con hiel. Importa un bledo si hablamos de budismo que de mecánica cuántica. Lo cierto es que no existe teología sin entusiasmo en una teleología ( = finalidad).

*y seguiré poniendo la tilde, enfática, porque sin ella es sólo hierro