mi amoor a las sepias

el color sepia me pone. Las fotos antiguas son sepia. Las imágenes de tiempos en los que ya existía el color, pero se veía diferente, también. Los edificios de otra época y los derruidos. En lo bonito y elegante, en lo nuevo y en lo sencillo-geométrico, hay déficit. La vida clava heridas en los materiales y los hace tener historia y entidad.



tengo el carísimo defecto del anhelo de viajar sin límites en espacio y tiempo. Imaginad que lujo tan grande cuando en la agencia nos preguntaran ¿ a qué Nueva York desea viajar? ¿ crisis del 29, años cincuenta, movida hippie de los 60-70?.

estamos muy limitados porque el conocimiento que se derivaría de un contacto directo con esas realidades pasadas superaría con creces todos los sistemas conceptuales, lógicos y teóricos sustentados sobre la mentira del recuerdo, ya sea individual o colectiva. ¡ Cuántos héroes caerían! ¡ Cuántas filosofías serían denostadas! ¡ cuántos anónimos ensalzados!. El contacto directo humane-mundo en un sistema abierto en lo espaciotemporal sería brutal. A los sevillanos seguro que les encantaría la edad media o el imperio romano, pero sólo por fines de semana, para no contradecir el cayetanismo cómodo.

la mente que delira es poco para la observadora medicina, pero contiene deformaciones cognitivas que básicamente expresan un fuerte descontento con el sistema de creencias oficial y estandarizado. No se homologa con lo existente, con lo real. Porque se nutre de visiones propias más satisfactorias.