Vascos y Alemanes. Con sus jerizongas neander como lenguas. Igual que los árabes, que también son neanders con lengua neander. El que vea cultura en Alemania, y no en
algún alemán, que mire dos veces...
Todo lo que despuntó en Alemania estaba epigenéticamente comprometido. Tenía trazas importantes en sus genes de otros pueblos. Fundamentalmente judíos. Cuando tu genotipo no coincide con el del lugar en el que te encuentras, y además tienes ese efecto de mezcla, tienes posibilidades que se pueden hacer gloriosas. Pero sobre la base de la novedad. El genio de Ulm, Einstein, tenía el vigor de la raza aria pero el formato corporal era mediterráneo; y su mente algorítmica, sudaca. Un pensador de piernas largas pero barrigudo. Erwin, el de la ecuación de onda, era un cani pero con mescolanza nómada y aires, en el cierre de su esencia como persona, de bohemio burgués. No eran los muñecos de madera, pinochos psicóticos, de los bosques alemanes y austríacos que beben cerveza y se celebran a tortas con pantalones cortos y tirantes. Bárbaros del pensamiento no más. Igual que un Cioran en Rumanía o un Nietzsche. Buenas personas y con sentido del humor. Pero con sentimiento trágico de la vida en la medida que concienzudos del espíritu.
La germanofilia tiene su base en la militaria. En un culto a la violencia que se arroga tintes intelectuales en un pueblo, el español, que jamás ha destacado tampoco intelectualmente sino como los citados: personas concretas
pese a los demás ( y no gracias a).