Peligro, conspiración en marcha. S.O.S.

Aquí estoy otra vez shurs. He salido a hacer unas compras. Supongo que es normal que siga estando tan nervioso y algo paranoico. Al salir a la calle me parecía que me estaba siguiendo alguien, sin duda es mi imaginación ya que hasta ahora he sido muy cuidadoso siempre pero la paranoia es sin duda una buena herramienta para el que debe ocultar algo así que haré bien en extremar las medidas de seguridad. Cuando sepáis lo que sé yo, entenderéis porque digo lo que digo.

Una invitación sorprendente

Bien, creo que os expliqué como entré en contacto con Doc. Recuerdo que fue al final de una clase que fui a hablar con él. Bueno, la verdad es que era un poco estudiante repelente y me gustaba que los profesores vieran que tengo interés por eso de rascar algún puntillo. La conversación no la recuerdo exactamente, creo que le comenté acerca de un artículo suyo sobre las posibilidades de las baterías con los nuevos materiales y en concreto lo prometedor que era el uso del grafeno (nota: eso ahora es tecnología punta en desarrollo pero pensar que hace unos cuantos años cuando yo estaba en el MIT eso era aún ciencia-ficción).
La sorpresa fue mía. Esperaba que se mostrase complacido que le hubiese leído (y más aún, entendido), y me explicara sobre el tema sus últimos descubrimientos (y con ello me acercara poderosamente a la matrícula de honor en la asignatura). Pues no, lejos de todo ello, Doc me comenta que recuerda vagamente de ese artículo y que está retirado de la investigación activa y que es un tema que no cree que dé para mucho más.

Y eso fue todo… durante un tiempo. Las clases continuaron y la verdad es que su asignatura, aunque había perdido parte de la “magia”, me continuaba interesando mucho así que me quemé los cuernos en ella. En esa época fui a algunas fiestas y tuve mis aventurillas como cualquiera pero la verdad es que la mayor parte del tiempo la pasé volcado en los estudios, que se volvieron mi rutina diaria. De hecho aún podríais encontrar las marcas de mi culo marcadas en los bancos de la biblioteca Barker por las horas que pasé allí.

Y llegaron los finales y allí me salí, para que os voy a engañar, en su asignatura saqué una matrícula de honor o “with honours” como lo dicen allí. Estaba muy orgulloso ya que es la primera que sacaba.

Sin embargo lo que no me esperaba es lo que sucedió a continuación. En la facultad teníamos unos casilleros para correspondencia, aunque ya casi no se usaban porque casi todo se enviaba por e-mail (si, no soy tan viejo). Y ese día encontré una nota. Era de la secretaria de Doc, me invitaba a un seminario que se celebraría el siguiente viernes en el departamento donde Doc estaba adscrito y rogaban confirmación de asistencia.

Bueno, sin duda había llamado la atención. No sabía qué hace. Supongo que os imaginareis que decidir ir. Si, la curiosidad siempre fue mi punto débil. Así que confirmé mi asistencia y esperé a que llegase el viernes.

Ese día llovía, lo recuerdo porque camino del campus me caí y me empapé todos los huesos. No tenía tiempo de cambiarme así que llegué empapado y un poco patético a las dependencias del departamento. Encontrar el despacho fue complicado ya que no estaba en la planta principal sino que se hallaba en el sótano, un hecho poco habitual en las universidades donde el sótano se dedica más bien al archivo.

Pues bien, llegué y abrí la puerta y me encontré un grupo de personas que estaban hablando. Al entrar yo pararon y me miraron. Supongo que les sorprendió ver llegar a un tipo desconocido mojado y goteando en el linde de la puerta. Un poco incómodo hice la típica broma: “Hola, me llamo Abraxxas y llevo 4 semanas sobrio…” nadie rió. Los putos yankies no tienen sentido del humor.

Por suerte entró Doc. El grupo era de 13 personas contándome a mí. Se sentaron y empezaron a hablar. El tema era sobre las posibilidades de manufacturar nanotubos de grafeno para aplicaciones industriales. La charla la daba un tipo extranjero, quiero decir, no americano, parecía coreano. Su nombre es muy conocido así que le llamaré Ming de momento.
Durante la charla, los participantes hacían constantes preguntas sobre los índices de densidad y la medida de las fuerzas de Van der Waals implicadas. Ming contestaba a todo con una sonrisa y parecía estar disfrutando.
Una estudiante americana que estaba bastante buena, la verdad, le hizo algunas preguntas interesantes sobre los límites al teselado hexagonal que se podía obtener. Eran buenas preguntas. La chica tenía un tatuaje de una tortuga en el antebrazo así que la denominaremos Tortuga.
El seminario duró unas 3 horas, con coffee break incluido.
Mi cabeza quedó abrumada con lo que allí se habló, en ese corto tiempo aprendí más del tema que en meses de clases. Sin duda era un grupo avanzado. Al finalizar el seminario la gente empezó a marcharse. Doc hablaba con un estudiante canadiense, como tenía unas patillas importantes le llamaré Lobezno.
Doc me hizo una señal para que me acercase. Al llegar Lobezno me saludó. Doc quería saber mi opinión sobre las aplicaciones del tema que estábamos hablando. Yo les comenté como me había entusiasmado el tema, que la posibilidad de utilizar nanotubos de grafeno para construir celdas de acumulación con fines de construir baterías era un reto de las próximas décadas pero que sin duda sería una revolución.
Doc parecía complacido y asintió varias veces mientras Lobezno gruñó un sonido que interpreté como de aprobación. En esto que se unió Tortuga al grupo haciendo un par de observaciones sobre puntos débiles de la explicación de Ming. Lobezno rió y le dijo que ya estaba criticando como siempre, que ya podía tener ella una idea original para variar. Tortuga le miró con furia pero Doc intervino para relajar la situación.
Como la conversación se animaba se nos unió otro estudiante ya veterano, uno sudafricano (de raza blanca y no negra) al que por motivos que ya serán obvios más adelante, llamaremos Nikola. Era brillante pero un poco pedante y eso que lo diga yo es decir mucho…
El profesor nos habló que él había realizado cálculos sobre el coste energético hipotético para la fabricación de dicho material en laboratorio pero que de momento nadie había conseguido avanzar más allá del plano teórico.

La noche siguió a la tarde y se dio por concluido el seminario. Yo me volví al infecto apartamento pagado a precio de oro que había alquilado. Era tarde y estaba mojado pero muy excitado por lo que había visto y oído. Sin duda para esto era para lo que había ido allí. Tenía ganas de saber que más podía ofrecer ese grupito a mí siempre hambrienta curiosidad intelectual.

Bueno shurs, se me agotó el tiempo. Tengo que hacer unas comprobaciones de rutina, asegurarme que nadie me ha rastreado y pensar en mis siguientes pasos. Recordad, cuento con vosotros en caso de que estos mensajes dejasen de ser publicados. La verdad no se podrá ocultar mucho más. Gracias.