Iniciado por
Caractacus
Sí.
Pues no sé decirte, el tema da para un análisis freudiano a fondo.
Me gustan guapas, desde siempre mi debilidad han sido las caras bonitas. Me encantan los pechos y un poquito menos los culos, pero las guapas de cara siguen siendo mi top. Si la chica fuese fea dudo que me diese tanto morbo.
El hecho de eyacular en el momento sobre ella da un morbo tremendo, creo que por el hecho de estar haciendo algo TAN SUMAMENTE CERDO como echarle tu simiente por encima a esa carita preciosa. Además, el contemplar a posteriori su rostro embadurnado no tiene precio, creo que a nivel psicológico es un juego de contrastes, el morbo de ver esa carita angelical pringada de semen. Es como hacer algo prohibido, ensuciar una obra de arte, poseerla en lo más íntimo, mancillarla con ese acto tan guarro, tan indecente.
El restregarle la polla por la cara y darle golpecitos con ella en las mejillas va en esa línea; no se trata de tratarla como a una perra sino de hacer algo sucio y prohibido, como ponerla yo a cuatro patas y comerle todo el culo hasta dejarle el coño chorreando. Es el morbo de hacer algo que "no está bien".
Todo ello me gusta hacerlo con su complicidad; no me gustan las corridas a traición. Me gusta que ella lo espere, que lo desee, a se posible que lo pida. Que me mire a los ojos con picardía, que me sonría, que ponga la carita como pidiéndomelo. Creo que eso es lo que más me pone.
Luego está el factor sumisión, pero creo que eso no es lo que más me pone, por todo lo que he dicho antes. Es como un juego sexual más en el que ella toma la actitud de sumisa: El tenerla a cuatro patas frente a ti, el someterla; el eyacular en la cara también es un poco como marcar tu territorio. Supongo que a muchos tíos les pone esta idea de tener a la tía a tus pies, pero ya te digo que en el momento de soltar tol grumo es lo último que se me pasa por la cabeza.