Si piensas que tu vida es una mierda, repiénsalo. Te cuento un poco la mía. (Tocho)
-
ForoParalelo: Miembro
Si piensas que tu vida es una mierda, repiénsalo. Te cuento un poco la mía. (Tocho)
Hola. No soy mucho de presentaciones ni de meter paja inservible, así que voy a ir bastante al grano aunque 38 años de odiosa vida no se pueden concentrar en pocas líneas.
Nacido en 1985, en una ciudad mediana de la piel de toro. Ochomesino, pero ya vine dando por el saco, pues mis 4 kilos hicieron del parto una odisea. Llegaba ya al mundo el pequeño de 3 hermanos, todos chicos. Contaba mi madre que como vine al mundo grande y sano, me llevaron para casa, y ahí en una habitación caliente, aislado del mundo, pude terminar ese proceso total de desarrollo que como bebé prematuro, no pude terminar de forma natural dentro de la placenta. Obviamente no tengo ningún recuerdo de aquello, quizás mis recuerdos, ya algo vagos, empiezan sobre la edad de los tres años.
Mi padre y mi madre, desempeñaban su vida laboral con normalidad. Mis dos hermanos mayores ya acudían al colegio. A mi me llevaban a la guardería de Ana, un localucho de mierda con mesas circulares y sillas diminutas infantiles donde me depositaban con otros críos. Para mi era una odisea y una llorera de aúpa, pues ver a mi madre salir de la guardería en dirección al bus para dirigirse al trabajo, me traía malos pensamientos: "No volverás a ver a mamá" , "Te vas a quedar aquí para siempre", "Mamá no volverá a buscarte". Alguna vez conseguí abrir la puerta que Ana cerraba para evitar que en plena ebullición histérica, alguno nos escapásemos. No en balde, fueron varias ocasiones las que conseguí escaparme y dar alcance a mi madre cuando caminaba hacia el bus. No en pocas ocasiones la hice perder el autobús, y realmente, para nada, por que siempre terminaba en ese antro de Ana, compartiendo espacio con otros infantes a los que les colgaban los mocos de la nariz, o se metían el dedo en las fosas nasales para pescar algún moco resabiado, o ponían todo perdido de plastilinas. Solían recogerme mis hermanos de 7 y 8 años cuando salían del colegio a las 13 horas y llevarme a casa.
La verdad, yo creo que con 3 años ya tenía rasgos antisociales, o por lo menos, no me gustaba pasar el tiempo con otros críos. Tenía pasión por los cochecitos guisval, los que vendían en el kiosko a 120 pelas y siempre me podía tirar horas con los cochecitos, siempre ignorando a los demás. Yo, mis coches y las batallas mentales que me formaba eran lo suficiente como para estar entretenido sin necesitar de nadie. Mis hermanos, que eran bastante cabrones, y hasta que llegaban mis padres a casa, solían aprovechar esas horas para meterme miedo, hablarme de fantasmas, hombres del lobo, ovnis y la madre que lo parió. Ellos disfrutaban, por que yo era bastante miedoso. Incluso ver la luna llena de noche me producía pánico, rememorando esas historias del hombre lobo que me atormentaban desde que mis hermanos cogieron el gusto a contármelas. No contentos con eso, solían grabar en el video VHS una especie de programa de cine de terror que se llamaba "noche de lobos", y que me hacían ver en casa cuando no estaban mis padres.
Cuando comencé educación infantil ya en colegio, también odiaba estar allí. Gracias a dios no se me daba mal leer y aprender las primeras palabras que escuchaba por primera vez fuera de casa. "Llaves, tazón, hipopótamo, elefantes..." en constante repetición, me ayudaron a eliminar el ceceo que traía de serie. Fue en educación infantil, casi al empezar la primaria cuando creo que hice los primeros amigos, pero nunca se me olvidará uno de aquellos primeros días de colegio en el que una compañera me pegó un torta. Allí estaban los profesores, con los putos silbatos, llamándonos a hacer la fila india para subir a las asquerosas aulas, pero yo, desconozco el motivo, decidí hacer caso omiso y estar a mi bola en el patio, con el coche guisval y el gorro de verdugo para protegerme de aquel húmedo frio. Yo escuchaba los silbatos, pero me daba igual, mi intención no era subir a la aburrida y maloliente aula. Ramón, uno de los profesores me hacia señas, pero me daba igual. Entonces una de las compañeras, llamada Patricia, que hacia fila para subir, se acerco a paso ligero hacia mi, y me soltó una torta con un escueto, "nos llaman a las filas tonto!!". Resignado, deje tomar mi mano por Patricia y me dirigí a la fila que me conducía a cuatro horas de desolación. Encima compartía mesa con un lechón llamado Pablo, que gustaba de pegar mocos en las mesas, y me producía enorme asco. Menos mal que en los recreos tenía a Jose Antonio y a Alex, que en cierta manera eran mi apoyo. Uno tartamudo y el otro ya apuntaba maneras, un pieza de cuidado, pero por lo menos , durante esos minutos de feliz recreo, me hacían olvidarme de todo. Una pena que ellos estuvieran en un curso superior. Otros días que no nos encontrábamos en los recreos, bien por que estaban enfermos o de excursión, yo me nutría de diversión con mi guisval, recorriendo toda la verja del perímetro del patio con el coche, por paredes, por charcos, por arena... cualquier película podía montarme, y si me aburría, yo mismo simulaba estar conduciendo un coche con un palo como volante... manda huevos !!!!
Mi recreo y el recreo de los mayores eran a diferente hora, así que a mis hermanos no les veía el pelo. Ya en la EGB, aprendiendo matemática muy muy básica, caí enfermo de una tos ferina. Estuve retirado del colegio como un mes creo recordar, y era mi abuelo el que venía a casa para que mis padres marchasen a sus labores. Al reincorporarme me cagué al ver lo que mis compañeros habían aprendido en ese mes que estuve ausente. Ya sabían hacer divisiones y operaciones con dos decimales. Bufff, que mala pinta tiene eso!!! [Continuaré]
No os imagináis que puto problema se me venía encima. Mis padres trabajando mañana y tarde, yo siendo cuidado en casa por dos chavales que apenas alcanzaban la decena de edad y que además de darse de palos entre ellos muchas veces, yo acababa recibiendo capones cuando me ponía de parte de alguno, por que yo consideraba que alguno de ellos tenía razón. El caso es que yo llevaba ya un retraso importante con respecto a los compañeros. El mes que estuve enfermo fue la primera puntadita de lo que serían mis consiguientes fracasos escolares. Obviamente, sin mis padres en casa y sin recibir ayuda, me veía incapaz de desarrollar las tareas que me enviaban a casa, y la profesora consciente de ello, procuraba dedicarme durante su hora de clase, al menos diez minutos a mi solo para que entendiese las operaciones que anteriormente había enseñado a mis compañeros, pero era algo realmente complejo en un ambiente lleno de críos que no hacen más que reclamar la atención de la profesora, bien por que están haciendo cabronadas, hablando en alto o tirando trozos de goma y tizas a otros. Conseguí no con poco esfuerzo comprender como hacer las operaciones y poder llevar los deberes hechos a clase. Sofía era buena maestra y tenía paciencia con los niños, aunque a veces eran tan molestos que la sacaban de quicio pese a tener la paciencia del santo job. Ese año conseguí finalizar curso con un "Progresa adecuadamente", ni tan mal para un chaval algo torpe, retraído y que había estado ausente un mes completo del curso por la tos ferina. El pediatra, el señor Ángel, me hacía las radiografías de tórax semanalmente y me recetaba los antibióticos, un gran profesional, gran persona. Lo jodido era cuando las medicinas me las inyectaban con jeringuilla en el glúteo. Para eso acudíamos al practicante del barrio cuando llegaba mi madre del trabajo. Que mal lo pasaba, el dolor de un pinchazo en glúteo era un verdadero sufrimiento y no podía evitar que algunos lagrimones se deslizasen por mis mejillas.
Me voy a saltar unos 4-5 años que tampoco fueron muy relevantes a excepción de un hecho que ocurrió cuando mi hermano y yo divagábamos por el barrio en busca de juntarnos con alguna cuadrilla de chavales para hacer lo que sea menester, ya sea una pachanga de futbito, unos tiros a canasta, insultar a las niñas pedantes del barrio o deslizarnos por toboganes oxidados y con aristas cortantes. El caso era llegar siempre a casa con algún raspón en codos, manos y rodillas, y si se daba mal la cosa, con alguna ostia de alguna peleílla que a lo sumo era una herida en el labio y un llanto desconsolado por el orgullo herido. Aquella tarde callejeando en busca de aventuras, se nos acercó un señor, un tipo que no llamaba la atención en ningún aspecto. "Chicos , hola, queréis ayudarme a bajar unas bolsas de ahí de casa de un amigo y os doy una propina.??" Entusiasmado por la idea de la propina y de poder gastar algo en el kiosco yo me apresuré a decir que si, aunque a mi hermano no le vi entusiasmado ni confiado. Yo no entendía el porque. Un señor amable nos había abordado en la calle y nos daría una propina por bajar un par de bolsas, que de malo podría pasar ???. Mi hermano contestó después que yo, "No podemos, es que ya nos tenemos que volver a casa, que nos esperan nuestros padres". Inocente de mi, con la idea de la propina en la cabeza dije, "no es cierto, tenemos hasta las siete de la tarde, queda tiempo". El caso es que por H o por B, acompañamos al señor a una de las calles que distaba a no más de 200 metros de nuestro domicilio. Mi hermano no hizo amago de entrar, no quiso, y se quedó fuera, esperando apoyado sobre una columna y con su mirada puesta fija en el cristal de la puerta. Yo entré decidido a ayudar a bajar las bolsas o lo que fuese necesario. Había ascensor en el bloque, pero el tipo me condujo hasta las empinadas y oscuras escaleras por las que apenas podía entrar algo de claridad de un oscuro patio de luces. A medio camino, antes de llegar al primer piso se detuvo. No entendí por que se paró y se agachó mirando mi cara fijamente con una leve sonrisa. El tiempo apremiaba para cumplir la misión de bajar las bolsas y no entendía por que estaba ahí parado, perdiendo tiempo, mientras mi mente solo estaba fija en la propina, la propina. No me esperaba que aquel personaje desabrochase mis pantalones, me los bajase, y comenzase a sobarme las partes íntimas. Él repetía, "que es esto que tienes aquí, que es , que es?? ", a lo que yo respondí, "el pito". Nada me cuadraba, pero tampoco tenía sensación de miedo o peligro. Alguien en uno de los pisos de arriba abrió su puerta con el ánimo de salir a la calle, y aquello parece ser que fue lo que me salvó la situación. Una simple casualidad de la vida, un caprichoso vecino que en aquel momento sintió la necesidad de bajar a tomar un café a su bar favorito o simplemente a fumarse un cigarro. El tipo me subió los pantalones y me agarró en volandas para bajar rápidamente hasta el portal, y allí seguía mi hermano fuera, con su mirada clavada en el cristal de aquella puerta metálica pesada y fría.
[Continuaré]
Última edición por luzoscura; 29/07/2023 a las 20:56
-
Paramiembro: Forista
Tu historia ya se ha visto miles de veces, esos ladrillos ponlos en un blog mah fren.
-
ForoParalelo: Miembro
Que ganas de darte un tortazo me han entrado tras leer eso amigo
-
ForoParalelo: Miembro
-
ForoParalelo: Miembro
Al grano dice el hijoputa
-
reformando el chalet
Te tocó ser un npc de clase baja
-
Rey de copas
Me he aburrido por la mitad. Qué vida más dura.
-
ForoParalelo: Miembro
-
ForoParalelo: Miembro
De momento lo más duro que has visto es "Noche de lobos". Pillo sitio para futuras violaciones y demás.
-
ForoParalelo: Miembro
O eres argentino o no lo entiendo, porque todo eso se cuenta en 1 o 2 líneas como mucho.
-
ForoParalelo: Miembro

Iniciado por
Enajenado
De momento lo más duro que has visto es "Noche de lobos". Pillo sitio para futuras violaciones y demás.
Fui abusado en un portal del barrio por un tipo de unos 50 años. Ya seguiré contando. Posiblemente ésta misma tarde me desperece y me ponga al lío.
-
ForoParalelo: Miembro

Iniciado por
Amarilla y espumosa
Al grano dice el hijoputa
Pretendo condensar 38 años de vida en el mínimo de texto posible sin parecer que escribo un puto telegrama
-
ForoParalelo: Miembro

Iniciado por
luzoscura
Fui abusado en un portal del barrio por un tipo de unos 50 años. Ya seguiré contando. Posiblemente ésta misma tarde me desperece y me ponga al lío.
Lo siento mucho
-
ForoParalelo: Miembro

Iniciado por
luzoscura
Pretendo condensar 38 años de vida en el mínimo de texto posible sin parecer que escribo un puto telegrama
Naces, creces, echas algún polvo si eso y te mueres.
The nada.
-
-
Continuaré dice el hijo de la gran puta.
-
ForoParalelo: Miembro
-
ForoParalelo: Miembro
Que hijodeperra tocheador
-
matatontos
-
jinetero
-
卐 Sieg Heil y tal 卐
espero que no salga en el examen
no he leido nada
-
ForoParalelo: Miembro
La parte en que te persigue el hombre lobo me ha puesto los pelos como escarpias.
-
ForoParalelo: Miembro

Iniciado por
soy forere
no leo pero te poleo
Tío
-
ForoParalelo: Miembro
esäß war eine echte Qual und ich konnte nicht verhindern, dass ein paar Tränen über meine Wangen liefen.
Ich werde etwa vier bis fünf Jahre überspringen, die auch nicht sehr relevant waren, mit Ausnahme eines Ereignisses, das sich zu meiner Zeit ereignete
Permisos de publicación
- No puedes crear nuevos temas
- No puedes responder temas
- No puedes subir archivos adjuntos
- No puedes editar tus mensajes
-
Reglas del foro
▲
▼
Atajos de Navegación Disponibles