Sin justicia no hay paz

Al ser yo un niño grande y fuerte más que los demás ( destacado por mis proporciones ) mi madre tenia mucho temor de que le causará daño a otros niños. Por lo tanto, se enfocó en disciplinarme para que fuese manso, paciente, tranquilo, pacífico, comedido y todo eso. Y nadie me enseñó a protegerme, sólo Dios y el dolor que me infligieron fueron formando en mi un sentir de lo que era justo e injusto. Y después de haber pasado por tanto, una de mis cargas es enseñar derecho y justicia tanto a los poderosos como a los oprimidos. Ya que hoy en día el bien y el mal es relativo al interés personal y eso está mal. Quiero hacer un llamado a los valientes y poderosos a ser justos con sus palabras, actos y pensamientos. Seréis recompensados y haremos la diferencia con los mariposónes que por tener habilidades se aprovechan de otros. Sin justicia no hay paz.