
Iniciado por
Blogololo
Es hora de mostrar mi cara real, nada de bufos en jeto esta vez.
Durante los primeros años las cosas iban razonablemente bien. Luego, por causas que no vienen al caso, las cosas se fueron complicando, y especialmente los últimos tres años han sido muy difíciles. De todos modos ambos tenemos razones para continuar, y en ello estamos. Esto se une a un empleo bien remunerado pero poco exigente teletrabajando, mientras ella está fuera en su trabajo. Yo hago mi tarea en 2-3 horas al día como máximo y el resto de tiempo lo tengo para comerme el coco, hacer de amo de casa o cuidar a las mascotas. El caldo de cultivo cojonudo para una depresión. Y la he estado bordeando mucho tiempo.
Nuestra vida sexual se enfrió hace mucho y ahora es casi inexistente. Por otro lado, y desde que nos casamos, casi inconscientemente, yo había adoptado una actitud poco sociable/amable en mi vida social. Si iba a la tienda apenas hacía contacto visual con quien me atendiera. Si iba a un café (contadas veces) me ponía en una mesa en un punto alejado. Siempre dentro de la educación, mi comportamiento se volvió retraído.
Hace tiempo vi que no podía seguir así. Soy relativamente joven y bien parecido. Me había dejado ir un poco en ese aspecto pero poco a poco he ido recuperando el ejercicio físico. También decidí pasar más horas en la calle mientras ella trabaja. Hacer la vida que hacía hace años, antes de unirme a ella. De modo natural esto ha ido dando lugar a una pequeña apertura en mi carácter. No es que sea el alma de la fiesta, pero sí sonrío, miro a los ojos, entablo conversaciones si surgen.
Y en este margen he cruzado una línea fina y me he visto al otro lado de una situación que no había imaginado. Le soy infiel frecuentemente y con mujeres variadas. Solo en las últimas semanas me he acostado con una camarera negra de veintipicoaños delgada, rollo Ana Peleteiro, con otra camarera casada de mi mismo edificio y con una chica que conocí hace meses en un congreso de mi trabajo. Todas razonablemente atractivas. Una vez muestras cierta amabilidad y predisposición parecen oler la oportunidad. Pues nunca he sido especialmente abierto en este tipo de asuntos y sin embargo ahora parecen venir a mí.
Me he creado una cartera amplia de posibilidades y al menos un par de veces por semana tengo encuentros con ellas. A la tarde llega mi mujer con sus problemas y, al menos, sé que durante unas horas he disfrutado de la vida y sido yo mismo antes de volver a pelear por lo nuestro.