Sweet home Estado de Alabarma

Me da la impresión de que la situación actual es un hito en el próximo devenir histórico. Se han plantado las semillas de próximas actuaciones de carácter restrictivo que asumiremos con mayor sumisión después de lo ocurrido. Lo peor, es que también se minará la capacidad de crítica y de análisis de la población, lo que podría posibilitar todo tipo de desmanes como los vistos por la corrupción generalizada en los ámbitos económicos, políticos o judiciales. El próximo estado será un estado diferente, con mecanismos de poder tradicionales (medios de comunicación, cuerpos policiales, entorno económico, etc.), pero potenciadas las implicaciones en la sociedad amparados en nuevas estrategias de control con base en el miedo, el temor ante lo que sea basado en un contrincante que, en el fondo, es el ciudadano común (el contrario, la contraria, el hombre, la mujer, el aire, la tierra, las plantas, el clima, el de otro partido, el de otro equipo, el de otra ciudad, el de otra nación, el de otra facultad, el de otro barrio...). El divide y vencerás llevado al paroxismo decimal. Un nuevo estado en permanente alerta: nuestro dulce y querido estado de Alabarma.