este piso, que tiene un valor de mercado de entre 170.000 y 180.000 euros, es el lugar
en el que pasan casi la mitad de la semana. Una tras otra, para poder estar con su familia en los últimos años de su vida.
“Teniendo un humilde piso para pasar la noche, se ven obligados a poner una denuncia y buscar un hostal para pasar lo que iba a ser un idílico fin de semana en familia”, relató Jesús.
Ahora no les queda otra que confiar en que “la Justicia sea justa”.
Mientras tanto, estos abuelos
seguirán pagando una hipoteca, unos recibos de agua y luz “para que otros, de manera ilegal, lo disfruten”.