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dinpolero
Una chica británica de 14 años con cáncer terminal ha conseguido algo sin precedentes: que un jurado le conceda la posibilidad de ser criogenizada tras su muerte. La joven, que falleció ya hace unos días, deseaba por todos los medios tener una segunda oportunidad, por lo que ha optado por este controvertido método con idea de que en un futuro (lejano) la medicina y la ciencia hayan avanzado lo suficiente como para reanimarla y curarla.
Para conseguir este permiso, la chica, residente en Londres, pidió a la Corte Suprema que su madre -partidaria tambiénde la idea- fuera la única persona con capacidad para elegir por ella y por su cuerpo sin vida, dejando fuera de la ecuación a su padre, con el que lleva años sin tener relación y que se mostró desde un primer momento contrario a que esto se llevase a cabo.
En palabras de la chica:
"Me han pedido que explique por qué quiero que este inusual acto se haga. Tengo solo 14 años y no quiero morir, pero sé que lo haré. Creo que siendo criopreservada tendré la oportunidad de ser curada y despertar, incluso dentro de cientos de años. No quiero que me entierren bajo tierra. Quiero vivir y vivir más, y creo que en el futuro se podría encontrar una cura para mi cáncer y despertarme. Quiere tener esta oportunidad. Este es mi deseo."
Tras las pertinentes visitas al hospital, el jurado decidió conceder tal deseo, a pesar de que, como se ha apuntado, el padre fuera contrario a esta decisión. Según el progenitor de la menor, incluso si su hija consiguiera despertarse, lo haría en un contexto muy diferente, sin familia ya a su alrededor y quizás sin tener memoria de quién es o de cuál es su historia.
El Cryonics Institute, en Michigan (EEUU), ha sido el encargado de recibir el cuerpo de la adolescente y criogenizarlo a esperas de una vida mejor. El coste del procedimiento (que dura unas 24 horas para su condicionamiento) gira en torno a los 46.000 dólares en EEUU si se elige el paquete más "básico". Aunque te pueda parecer una locura, la fallecida es la paciente 143 del citado instituto, uno de los dos únicos centros del país que ofrecen este controvertido (e incierto) servicio.