una larga marcha ( de la cabeza al corazón)
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ForoParalelo: Miembro
una larga marcha ( de la cabeza al corazón)
para mí no existe diferencia entre un pensador intentando llegar mucho más lejos de lo habitual, desentrañando profundos misterios o pretendiendo lograr imposibles físicos, y un guerrero conquistando mundos.
hay una ventaja de la naturaleza para con el guerrero.
la mujer ama al guerrero. Y el guerrero debe enchocharla y renovar, una y otra vez, sin Temor de Dios, su título de seductor sobre la hembra. La mujer desprecia al pensador, al que vé como inauténtico, y corre a babear romántica por la bestia.
otra diferencia entre guerrero y pensador es que el pensador no arriesga la biología como lo hace el guerrero. En todo caso su prestigio o su seguridad económica. Pero no la vida, en principio.
la mujer ansía un protector biológico y no un tutor biográfico. Lo cierto es que es precisamente ella la que desea ser la tutora. La propietaria y usuaria de la bestia.
la marcha de la cabeza al corazón tiene sólo dos modalidades posibles: la que te mata rápido ( koan) y la que te agoniza eternamente ( labor salvífica)
el koan es un despertar de la mente por la contemplación de un sinsentido absurdo. Los japoneses lo que consiguen es un salto neural repentino para activar aquellos yoes que estaban silentes y adormecidos por el cobarde raciocinio.
pero claro, y como se dice en el Kalevala, a un muerto ya no le vale de nada la gloria.
la labor salvífica es una idea occidental del poeta y filósofo Juan Ramón Jiménez. Si entregas tus dias a algo que te ponga, a un ideal lo bastante potente, entonces el temor de morir desaparece.
el objetivo de la ciencia debería ser la inmortalidad, pero tambien la guerra. Uno no debería sólo retornar a unos bonitos veinticinco años. Sino a unos mortales veinticinco años... De los de " caminaré por el valle de las sombras y nada temeré".
una amiga mía dice que las mujeres en realidad no quieren héroes, sólo hombres que las apoyen cuando sea necesario, pero no suicidas. Pero no puedo evitar pensar que...
miente
mi idea es que para que la Tierra fuese el paraíso no haría falta modificarla. Sino modificarse uno. La mejor muralla ( para-dizo: al otro lado del muro) sería el poder líquido, fluídico, que te acompañaría a todas partes: tu propio yo. Un yo tan poderoso por su físico, su mente, su dinero y sus armas, que pudiese incluso encararse con Estados enteros y derrotarlos.
porque no existen naciones, sólo corazones, pero mi prójimo es sólo mi próximo
Última edición por cypo; 18/11/2019 a las 10:26
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Detente Bala
Demasiado para mi un lunes por la mañana....
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