La complicada situación económica que está viviendo Rusia en estos últimos meses está complicando mucho las cosas a las firmas de automóviles. En estos días marcas como Jaguar, Audi, Land Rover y General Motors han decidido paralizar las ventas por un tiempo.

La medida tomada por estos fabricantes se debe a la importante devaluación del rublo frente al euro y dólar en más de un 40%, haciendo que sea insostenible vender los vehículos con los precios habituales. En el caso concreto de BMW ya se sabe que perderá unos 100-150 millones de dólares en el último trimestre del año por culpa de la divisa mientras que otras como Mercedes, Renault, Volkswagen y Hyundai también han anunciado problemas financieros importantes.

La que ya es la peor crisis económica del país desde 1998 está forzando a las familias a la adquisición de bienes de valor elevado para al menos intentar conservar algo de dinero ya que el propio "cash" ya casi no sirve de nada (exactamente sirve un 40% menos). Los concesionarios de Porsche dicen haber notado una demanda superior a la habitual en los últimos días y dicen que es por esta misma razón.



De los grandes fabricantes Volkswagen es la única que sigue comercializando sus vehículos sin problemas aunque van revisando los precios cada semana para evitar pérdidas y advierten que la situación no puede extenderse mucho más en el tiempo. Toyota de igual modo está vendiendo sus productos con tarifas actualizadas cada pocos días, adaptando los precios a la situación real del mercado (y esto les costará dinero).

El grupo más importante que de momento no sabe cuando reiniciará su actividad comercial es General Motors. Desde el día 16 de diciembre los concesionarios de las firmas Chevrolet, Opel y Cadillac no pueden vender vehículos aunque siguen realizando las operaciones de mantenimiento. Las únicas ventas que tendrán lugar son las acordadas con anterioridad al día 16 y sin modificación alguna de los precios pactados.



Nissan por su parte ha anunciado hoy mismo la paralización de los pedidos de los vehículos importados y el aumento en los precios de entre un 5 y un 8% de los producidos localmente, repercutiendo así los mayores costes de las piezas importadas. Carlos Ghosn ha comentado que la situación es realmente complicada y todas las firmas perderán dinero mientras dure. Lo peor de todo es la imposibilidad de hacer planes futuros en este país hasta que no haya una recuperación y cierta estabilidad con la moneda, algo que no parece pueda suceder pronto.

Muchas firmas están tratando de dar salida a los vehículos que inicialmente tenían como destino Rusia para intentar no modificar la producción de las distintas plantas. BMW por ejemplo está en proceso de reasignación de muchas unidades en el resto de los mercados del CIS dado que por regla general comparten especificaciones técnicas.

En cuanto a las marcas de menor volumen, es probable que muchas cesen su actividad comercial por completo. SEAT ya anunció hace unos días su salida y otras como Fiat, Peugeot, Citroën y varias de origen chino están estudiando las posibilidades. Rusia es un mercado muy importante por volumen pero excesivamente inestable y no todas las marcas pueden asumir tantos riesgos.
Varias marcas cesan la venta de vehículos en Rusia, entre ellas Jaguar, Audi y GM