Debate Chomsky vs Foucault

La pregunta correcta es, ¿ha existido alguna vez?

Al Foucault plantear las relaciones de poder plantea una renuncia a cierta identidad. Esta renuncia no es ni buena ni mala, es lo que es. Asumir que un psicólogo, un médico, un policía, un bombero, un profesor, un dependiente, un empresario, tienen su lugar, no es ni bueno ni malo: es el statu quo.

Ahora bien, ¿en qué modo es una profecía autocumplida una rúbrica en nuestro historial clínico, por ejemplo, para perpetuar cierto tipo de conducta? ¿En qué modo es algo positivo esa asunción? Positivo y negativo no son sino comportamientos: una identidad positiva es una identidad que uno asume, y una identidad negativa es una que es repudiada.

¿Es positiva esa rúbrica? No, es negativa.
¿Tiene poder el individuo para borrarla? No, no la tiene.
¿Debería? El statu quo no sería igual.

La mayoría de estas paradojas lingüísticas acaban funcionando así:



A mi el señor Chomsky me gusta mucho. Pero su cambio de una gramática generativa a una minimalista condenó a personas como Foucault. Ese debate podía haber dado mucho de sí de no ser por las presunciones que tuvo y su magnanimidad. Aunque esto son prejuicios, por supuesto. Ello no quita que tenga razón. Sencillamente es un pragmático que ni se inmutó cuando Foucault propuso que los conceptos son creados en vertical mendiante filtraciones históricas. A él eso no le importa, le importan las relaciones entre sintagmas y las diferencias entre capacidad y actuación.

Bueno. ¿Cómo reaccionaron los sistemas de Poder ante Foucault? "Tiene razón, denle publicidad". Ni una autocrítica o un posible cambio de paradigma.

Es una pena que quedase sin escribir parte de su obra.