Érase en un reino, una doncella. Ésta doncella, anhelaba amar. Se crió con historias de príncipes, que venían a rescatar a mujeres encantadoras como ella, y se las llevaban a lomos de su corcel en busca de su destino.
Un día, como si sus lamentos fuesen escuchados, llegó un atractivo joven al pueblo, que a lomos de su caballo se paró a su lado en el camino.
Tras escuetas palabras entre ambos, le confesó que era hijo de un rey, y que se había escapado porque su padre era un tirano y no soportaba ver cómo postergaba el dolor de su pueblo; necesitaba viajar y encontrar la forma de derrocarlo y reclamar sus derechos. Y poner distancia entre él y su padre, sería una forma de hacerle ver al pueblo, que no era beneficiario de sus iniciativas.
La joven se enamoró en el momento de él. Y tras un paseo, largas frases, ambiciosos silencios, y cautivadoras sonrisas, se hicieron el uno del otro.
Cuándo la joven despertó, él había partido.
MORALEJA: NO TE CREAS TODO LO QUE DIGA ALGUIEN QUE REBOSA SEX APPEAL. PORQUE LAS PALABRAS, SON PALABRAS; Y LA BELLEZA, BELLEZA.