Begoña vendiendo su Master

Todavía se están preguntando (incluida gente afín al PSOE con dos dedos de frente) cómo es posible que esta mujer se haya metido en semejantes historias sin darse cuenta de lo que estaba haciendo.

Es como el traje nuevo del emperador. Nadie se atrevió a advertir a Falcon de que no permitiese a su mujer meterse en este tinglado. Sabían que él estaba al tanto. Aunque ella no haya recibido dinero fraudulento moralmente la mujer de un presidente no puede dedicarse a eso, ni solicitar ayuda a funcionarios de La Moncloa en horario de trabajo para sus propios fines, ni apropiarse de un software que pertenece a la universidad.