a) Todo proceso sin garantías es inadmisible.
Me da igual que sea Franco con los Sumarísimos que @
Politikon con la viogen.
Por lo tanto todas las denuncias son inadmisibles.
Que juzguen por la ley ordinaria, con la carga de la prueba correspondiente al denunciante, y no sexista, y luego hablamos.
El mismo acto será falta (o nada) si lo comete una mujer y delito si lo comete un hombre (uno más para tu fantástica estadística falsa).
b) Todos los jueces bajo el Franquismo eran Franquistas.
Todos los jueces bajo el Nazismo eran Nazis.
Y todos los jueces bajo el Feminazismo son... ¿adivinamos?.
Y al que no lo sea más le vale disimularlo, si no quiere recibir con nocturnidad la llamada del ahorro del político del turno, como el juez del voto particular de la manada.
Prevaricar, dentro de un régimen de lesa humanidad, sería hacer justicia.
Y de hecho, prevadicador es el Juez Serrano, que una vez tuvo la osadía de alargar puntualmente un día el régimen de visitas de un padre.
c) El testimonio de la mujer es prueba directa. Y aunque se diga lo contrario suficiente para condenar.
Y si no ponme una sola sentencia donde no lo haya sido.
Es que hay condenas hasta donde existen pruebas de que el testimonio de la mujer es imposible (ej: Cardona).
Conclusión definitiva:
- El maltrato a la mujer no existe, en todo caso existirá violencia intrafamiliar que deberá ser juzgada caso por caso independientemente del sexo del agresor o la víctima, sin que tú precondenes a la gente en función de su sexo