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poIitikon
La mujer opta por lo público porque en el sector privado lo tiene más complicado. Y no porque los empresarios sean machistas, sino porque son pragmáticos. Saben que una mujer en edad de ser madre si tiene hijos su prioridad van a ser ellos. Por contra, si un hombre va a tener hijos su prioridad será arrimar la mayor cantidad de dinero que pueda a su familia para lograr su mayor bienestar.
En un estudio reciente de la Universidad Autónoma de Barcelona se ha comprobado que la mujer soltera gana más que la casada con hijos. Por contra, un hombre soltero gana menos que si está casado y tiene hijos. La razón es precisamente esa. La prioridad de ellos y de ellas es diferente.
Otro ejemplo es un estudio realizado en el sector del transporte público. En promedio las mujeres hacian el mismo número de horas extras que los hombres si contaban con suficiente preaviso. Pero si eran sorpresivas el hombre hacia muchas más. Todo en la misma línea.
Según el INE, las mujeres en edad logica de procrear (ni muy jóvenes ni muy adultas) manifiestan su deseo de tener dos hijos o más mayoritariamente. ¿Por qué no los tienen?
Partiendo de la base de que la mujer ya no tiene el rol de la década de los 50-60 (esposa, madre y cuidadora de nuestros mayores), que ahora estudia (más y con mejores calificaciones que los hombres) y que está integrada en el mercado laboral en igualdad de condiciones que el hombre, la gran dificultad que se le plantea a la mujer para lograr esa igualdad a efectos prácticos es precisamente la maternidad. Son ellas, cuando tienen niños, las que piden reducción de jornada, las que rechazan horas extras, las que no pueden quedarse hasta más tarde en su trabajo, las que se niegan a desplazarse un fin de semana fuera de su ciudad por necesidad de su empresa. Además, muchas mujeres trabajadoras cuando llegan a casa deben seguir trabajando, porque también según el INE solo dos de cada diez hombre comparte las tareas domésticas con sus mujeres al 50%. Esto explica perfectamente la llamada "brecha salarial" que incluso los empresarios la han reconocido a través de la CEOE y que cifran en un 12%. No es que la mujer gane menos que el hombre por el mismo trabajo, es que el mayor grado de implicación de éste se traduce, lógicamente, en una mayor retribución.
Tenemos un gravísimo problema de natalidad, y una realidad social que es la que es. La mujer no va a volver a ser la del franquismo. Quiere y tiene derecho a trabajar, a no depender económicamente de su marido, a desarrollarse profesionalmente. Nadie le puede negar ese derecho.
Dos son obstáculos principales para aumentar la natalidad. La precariedad y la conciliación. Una pareja joven con contratos de trabajo temporales y precarioa que se van a vivir a un pisito de alquiler con lo justito y sin ninguna garantía de futuro ¿Van a tener hijos?
Y una mujer con una buena formación que acaba de iniciar su carrera profesional, que si tiene hijos puede verla truncada ¿No retrasará su maternidad, llegando a tener incluso menos hijos de lo que le gustaría?
El acceso de la mujer a la función pública soluciona o al menos mitiga gran parte de los problemas. Los de estabilidad profesional, los de conciliación (en la administración pública lo tienen mejor para pedir reducción de jornada, para recuperar su carrera profesional más adelante, para dedicar más atención a sus hijos sin la compulsión propia del sector privado) e incluso por horario y demás condiciones laborales lo tienen más fácil para ser madres y atender a su prole.
Por ello, no por ayudar a la mujer sino por favorecer la natalidad, me parece genial que las administraciones públicas se llenen de mujeres. Ante situaciones excepcionales, soluciones excepcionales.