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Homer Simpson vive en la localidad sevillana de Camas, donde, junto con sus amigos, es muy aficionado al Betis. Ese día fue fatídico, su mujer, Marge, cansada de la vida que le daba su marido, llevaba semanas quejándose de que no hacía más que estar en el bar con los amigos y que no trabajaba y que ella se deslomaba para mantener a su familia. Ese fatídico día tuvieron una acalorada discusión, se habló entre otras cosas de divorcio. Homer entonces se fue a la peña bética de Moe, donde presenció uno de los mejores partidos del Betis. La euforia hizo que consumiese ingentes cantidades de alcohol y farlopa, lo que hizo que entrase en un estado muy alterado de su conciencia.
Por otra parte, Bart, que era un chico problemático y que no podía soportar la tensión en su casa aquel día, se fue de tripis con sus amigos, el Kike y el Lolo, para así evadirse. Marge se sentía sobrepasada y se echó a llorar en su cocina, sintiendose tan prisionera de su casa en la cocina, dónde los días pasaban como rutina. A eso de las dos de la madrugada, Homer llegó a casa exaltado por la cocaína y el alcohol. En ese momento, se encontró con una enfurecida Marge, que, entre amargas lágrimas, le empezó a recriminar todo aquello que llevaba callándose durante aquellos largos e insufribles años de matrimonio. Homer, que había vuelto eufórico, pero de golpe volvió a encontrarse con la dura realidad de su hogar, entró en estado de shock. Entonces cogió un cuchillo jamonero y apuñaló a la que en algún momento fue la chica dulce y algo tímida de la que se enamoró un día.
Mientras tanto, a Bart le estaba empezando a dar un mal viaje de tripis y decidió irse a casa a pasarlo antes de que aquello fuese a peor. Cuando estaba cerca de su casa oyó gritos pensó, muy triste, que volvía a pasar lo de siempre, otra bronca en casa... pero cual sería su sorpresa al abrir la puerta y encontrarse con esa escena. Su padre, aún bajo los efectos de las drogas y el alcohol en un estado de histeria desquiciada, gritando "CAMPEOOOOONES, CAMPEOOOOOONES", mientras su hermana Lisa vomitaba y lloraba ante la escena de su madre brutalmente apuñalada y los ojos de una inocente e ignorante Maggie.