Me explico:
El compuesto azúcar, hidrato de carbono procedente de la dieta cotidiana con
componente de posible droga, es meramente microestructural. O sea que solo depende en su potencial desarrollo hacia toda la gradación de estados entre salud y enfermedad, de aquellos elementos (pensamientos, palabras, decisiones, actos, omisiones y circunstancias) en su abanico de posibilidades.
Aquí ocurre el problema: la macroestructura. O sea, el escenario donde Ud. forma parte de estas cadenas tróficas y con independencia de su decisión (mientras Ud. no repercuta en el propio escenario y mantenimiento del trofismo, claro está).
Como individuo sano, el ciclo es independiente de Ud. Por ello, el ciclo adquiere "autonomía" y le fagocita haciéndole dependiente de los recursos bajo su dominio. Un estado intermedio entre mutualismo y parasitismo; con tendencia a lo parásito para beneficio no solo del ciclo sino del entorno en su conjunto.
En tanto el equilibrio delicado de sistemas superiores requiere procesos más sutiles para su perpetuación, y contando con que toda estrategia estructural "canibaliza" el tiempo a través de técnica, proceso e imposición de significado, al individuo solo le quedan como alternativas factibles la paciencia de sí mismo (con independencia de los elementos anejos, ordenados en tiempos ajenos con afán productor), la sobriedad, abstención e higiene en decisión (ya no se debate si uno pilla caca o no, sino cómo inevitablemente lo hará), el preservativo (como redención piadosa de un mecanismo ajeno también a sus tiempos fuera de lo tangible y del individuo por pertenecer a él obligado)... y el ano y la caca por su desvinculación entre estética y valía.
En síntesis: el azúcar (que no ha sido tratado con perversidad; los biocidas también incluyen glucosa, nos referimos aquí a dietas cotidianas) no es más que otro simple depósito de aquello con lo que Ud. quiera rellenarlo a lo largo de su trayectoria. Igualmente, al ser el abanico de oferta cultural tan demostradamente limitado y los estresores tan numerosos, el azúcar retroalimenta su carácter de droga: por lo que en un sentido antropológico, podría afirmarse que es el supermercado (y no la consulta médica ni la estética) el eje vertebral sobre el que se articulan salud, enfermedad, política y estamentos sociales.
TL; DR: la verdadera revolución social no está en los desmanes del Parlamento o el Congreso de los Diputados a puerta cerrada, o en las manifestaciones a destiempo: sino en limpiar el W.C., hacer la compra, reciclar, cocinar, ser abstemio, lavar la ropa, hacer la cama, pagar los impuestos, intentar ser lo más amable posible, y hacer el amor con precauciones. Está demostrado de hecho por simulaciones, experimentos y observaciones antropológicas de animales como delfines o bonobos; One Piece es una patraña soberana para entretener críos; y los que defienden el insulto y la mala educación, por consiguiente, meras y simples cribas para no sobrecargar el mercado sexual y quitarse de encima a los Narutards®.