Me pareció la respuesta no especialmente meditada de un grupo furioso con algunas medidas con las que yo tampoco estoy de acuerdo. Algunas de las novedades educativas que se pretenden implantar en esta nueva era caen, por evitar ser sexistas, en la sexualización más absurda. No creo que sea necesaria la educación sexual a ciertas edades y sobre todo de ciertas maneras. Creo sinceramente que no deja de ser una vía que provoca tensiones absurdas: De la misma manera que es absurdo el autobus, el avión y lo que se les ocurra a HazteOir (aunque he de decir que la bilis generada casi hace perdonable el retraso), me parece innecesario el adoctrinamiento en las aulas, por muy buenas que sean sus intenciones.
¿Significa esto que tengamos que plegarnos al modelo familiar tradicional y que el otro sea invisible como en el franquismo? No necesariamente. Hace unos días salto la liebre de la polémica por cierto corto de animación que sugería a las claras una relación homosexual entre dos chicos de instituto. La gente se volvió loca antes incluso de verlo y presentaba, desde mi punto de vista, el tema de la manera más neutral del mundo. Probablemente sea el primer paso para un largometraje de una compañía importante y no tendría problemas para verla, porque considero que tratando los temas desde una perspectiva cotidiana se asumen con mucha más naturalidad. Ver a dos chicos que se enamoran en una película en lo que todo lo demás es familiar resultará más sencillo y asumible para la mente de un niño que tener que leer en su libro de clase que hay niños con vagina, niñas con pene y sirenas que quieren ser hombres (sic).
Siempre digo lo mismo en estos casos, y es que hay que mirarse a uno mismo antes de criticar. Yo puedo tratar de picar a @
Bob the Dog todo lo que quiera y más, pero con un vistazo a mi historial no dejarás de encontrar alguna loa en algún hilo sobre las "musas eclécticas" del foro. Si la gente pudiera mirar un poquito más a su alrededor y dentro de si mismo, desde todos los bandos y en todas las direcciones, creo que podríamos encontrar un poso de sentido común desde el que trabajar para acabar con la crispación.