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SOTAVENTO
Hola, Ab-Bñ.: Me haces unas preguntas sobre las que no tengo argumentos para responder. No me creas un erudito, ni en Historia ni en nada; soy muy normal en mis conocimientos, pero, si te preguntas el porqué toco este tema, espinoso para muchos españoles, de la relación España-Cataluña, te diré que por tema familiar. Soy natural de Italia, llevo 15 años en España, y soy casado con mujer catalana y tenemos dos hijos catalanes.
Desde mi llegada me llamó la atención la inquina que hay hacia Cataluña en gran parte de España, en los políticos profesionales y en la sociedad. De los primeros soy consciente que por intereses, de los segundos creo que por ignorancia y haber sido engañados durante mucho tiempo. Y por mi relación familiar que te digo, intenté informarme bien, de ahí los muchos libros que tengo sobre el tema, escritos desde una parte y otra. Es muy importante conocer de un conflicto lo que piensan unos y otros si se quiere juzgar con imparcialidad. Y eso hago, transmitir lo que conozco; de lo que desconozco mejor no intervenir.
Entiendo todas las posiciones. El separatismo a quien más perjudicaría es a España; perdería una gran parte en lo económico, social, prestigio, etc. Y eso no gusta y es comprensible. Por parte catalana hay momentos de la historia reciente que se ha visto atacada desde España (aunque yo más bien diría desde el centralismo castellano) en lo más profundo de su ser: su libertad, sus fueros, leyes, constituciones y ante todo su idioma, que en buena lógica desean y necesitan restablecer. Y lo que se ignora es que cuando España ha respetado su señas de identidad, y ha respetado sus contratos, Cataluña no ha intentado separarse, lo ha hecho cuando siempre, por medio de las armas, se la ha sometido y anulado, por medio de leyes ajenas, su manera de ser. Es importante saber que el Principado de Cataluña, bajo la custodia del rey de Aragón, o después tras el enlace del rey con la reina de Castilla, se mantuvo el contrato de salvaguarda, pactado y pagados los estipendios establecidos, y los reyes no podían intervenir en sus leyes, ni legislando, ni modificando las existentes, ni aboliéndolas. Eso lo hizo el rey francés Borbón, con la excusa de la Guerra de Sucesión, tras su toma de posesión en Madrid, algo que restó soberanía a España, al ser por decisión de las potencias europeas, tras la llegada al poder.
Es muy curioso lo de los Borbones, muy acostumbrados a no respetar los contratos y la ley. Solo recordar que don Juan Carlos, juró los Principios del Movimiento franquista, para luego más tarde, ser perjuro. Aquí al rey Felipe se le presenta la mejor ocasión de su vida, en lo que pueda intervenir, aconsejar, solicitar, le sea devueltos a Cataluña sus fueros, leyes y constituciones. El problema habría terminado.